No, no somos una familia

En el trabajo, a veces formamos amistades que incluso parecen familia, y muchas veces se escucha: “en esta empresa somos como una familia”. Y pues no, no lo somos.

En los trabajos no hay familias, hay equipos. Y en un equipo se busca tener a los mejores jugadores. Y sí, es súper cruel, pero si un jugador no rinde, debe ser reemplazado.

También puede ser del otro lado: tú puedes ser un jugador talentoso en un equipo que no rinde. Puedes quedarte a enseñar a otros para intentar que todos mejoren, pero si no hay avances o apoyo del liderazgo, puede ser contraproducente para ti.

Hoy me encanta jugar en el equipo en el que estoy, pero nadie sabe mañana, y es normal. Puede ser que en algún momento yo o el equipo avancemos a velocidades distintas y tocará decir adiós.

Entenderlo así me ayuda a no tomar las cosas que pasan en el trabajo de forma personal, me ayuda a seguir entrenando y mejorando mis habilidades, para que si algún momento ya no requieren mis servicios, pueda entender las causas. Ya de por sí, perder un empleo se siente horrible, no es necesario agregarle el drama de los temas personales. (Que también los hay, no lo niego, pero incluso así, el saber que no te están echando de una familia sino de un equipo te ayudará a actuar de una manera más beneficiosa para ti).

Nota al pie: Sé que lo digo desde el privilegio, pero tener esto por escrito es para recordarlo cuando lo necesite o incluso para, en un futuro, criticar mi actual cinismo.

Que tengan un feliz jueves.